Ni "error", ni "equivocación" ni "locura": Operación estratégica estudiada. Paralizar la negociación con los palestinos, desestabilizar la política de Obama con el mundo musulmán, quebrar su estrategia "negociadora" en Medio Oriente, complicar la alianza estratégica de Washington con Turquía, motorizar el fracaso de las negociaciones diplomáticas sobre el programa nuclear iraní en la ONU, y apresurar un desenlace militar USA-Israel contra Irán, Siria, Líbano y Gaza, son los objetivos centrales que guiaron la operación de exterminio militar israelí contra la flota internacional solidaria con Gaza.
Por Manuel Freytas (*)
manuefreytas@iarnoticias.com
La prensa internacional del sistema coincide en un apreciación: La operación militar de Israel contra la flota solidaria complicó la política regional de la Casa Blanca en tres frentes: Las negociaciones de paz con los palestinos, la relación con los aliados árabes, y la alianza estratégica con Turquía.
Este nuevo escenario, tensa y complica más la difícil relación del gobierno de Obama con los halcones de Tel Aviv, y levanta todo tipo de especulaciones sobre el "objetivo oculto" del nuevo exterminio militar israelí que conmocionó al mundo.
Para los expertos, en el momento de decidir el ataque a la flota solidaria turca los halcones del gobierno y del estado mayor israelí no podían ignorar ni dejar de estimar las repercusiones y el rechazo internacional que generaría.
La brutalidad de la operación militar judía, por burda y descarnada, no le cierra como un acto "improvisado" o un "error" a ningún analista estratégico. La mayoría de los expertos militares (aunque no lo dice en público) estima que fue una acción estudiada y planificada orientada con objetivos políticos.
El ataque, como primer emergente, obligó a EEUU a defender y proteger la impunidad del Estado judío en la ONU poniéndose nuevamente como sus "protector" internacional.
Como resumen, la nueva operación de exterminio militar israelí complica, en primer lugar al frente aliado árabe regional (sobre todo Egipto, Jordania y Arabia Saudita), que debe pronunciarse y adoptar posturas duras contra Israel mientras critica a la Casa Blanca por proteger al Estado judío.
A su vez el ataque perjudica y pone en riesgo el relanzamiento del diálogo de paz o "de aproximación" -como se ha venido llamando- entre palestinos e israelíes.
En un tercer frente, el ataque israelí desacomodó la alianza estratégica de EEUU con Turquía (un aliado clave de Washington en la región) que en los últimos meses dio un giro decisivo aliándose con Irán en materia de política y programa nuclear.
Y como resumen, estos tres frentes emergentes complican la política de "acercamiento" con el mundo musulmán lanzada por Obama el año pasado, y debilita la estrategia de debilitamiento y aislamiento "democrático" de Irán mediante alianzas con aliados árabes en la región.
En síntesis, la operación israelí paralizó la negociación con los palestinos, creo una fisura en la política "dialoguista" de Obama en Medio Oriente, complicó la alianza estratégica de Washington con Turquía, y obligó a la Casa Blanca a salir en defensa de la posiciones militaristas y bélicas del Estado de Israel en la ONU.
Esta realidad estratégica emergente del ataque contra la flotilla solidaria, es la prueba irrefutable de que la operación fue montada cuidadosamente para producir ese efecto por los halcones del gobierno y de la plana mayor israelí.
La interna del "lobby"
Y, nuevamente, la acción militar israelí se encuadró dentro de la "interna" que divide las aguas entre "duros" y "moderados" de la logia imperial sionista de Washington y Tel Aviv.
Detrás d e la planificación y ejecución del ataque, están as dos posiciones divergentes frente a Irán y Medio Oriente (la cuestión estratégica central), que divide al ala "derecha" del lobby (los halcones sionistas de EEUU e Israel) del ala "liberal" del lobby (Obama y los sionistas "progresistas" de Washington y Tel Aviv).
Mientras el "progresismo" imperial que administra la Casa Blanca con Obama lanza líneas de "diálogo y negociación" en Medio Oriente, los halcones israelíes (con Netanyahu trazando sintonía fina con los conservadores militaristas USA) avanzan en sus planes de "recolonización" y de expansión militarista contra el mundo musulmán.
Mientras la Casa Blanca de Obama desarrolla su estrategia de aislar y derrotar a Irán en el plano de la "guerra diplomática" , los halcones israelíes, en sintonía col lobby judío conservador de Washington, avanzan en su decisión de "recolonizar" los territorios ocupados y de lanzar operaciones militares contra Irán, Siria, Gaza y Libano, y evitar que siga avanzando el poder militar y nuclear de Teherán.
El enfrentamiento no es de fondo sino de "forma". El lobby sionista liberal (con Obama) quiere profundizar las líneas de la negociación "multilateral" en Medio Oriente, incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, y la conformación de un frente aliado árabe, para aislar a los halcones "militaristas", tanto de Teherán como de Tel Aviv.
Irán en el reloj de los halcones
Pero este "objetivo" del ala "progresista" judeo-norteamericano se encuentra con un problema central: El reloj de arena con Irán funciona de diferente manera para los halcones de Washington (derecha conservadora del Pentágono y del Complejo Militar Industrial) y para los "derechistas" de Tel Aviv (Netanyahu y los halcones militaristas israelíes).
Para los halcones de Tel Aviv y Washington, el desarrollo del poder económico- nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses capital-imperialistas-militares de EEUU y el eje sionista en la región del Medio Oriente y en todo el planeta.
Para los halcones de Tel Aviv y el Pentágono, Barack Obama es un "infiltrado comunista", protege a Al Qaeda y negocia con los "terroristas islámicos", según resumen los "dossier" conspirativos que circulan por las usinas de los republicanos y de la ultraderecha conservadora sionista de EEUU.
Estos mismos "dossier" nutren el pensamiento y la acción de los halcones israelíes que cierran filas con el gobierno de Netanyahu.
Desde principios de año, altos funcionarios y jefes militares judeo-norteamericanos alimentan una nueva escalada belicista con sus declaraciones sobre un posible ataque de Israel como respuesta a los avances claves anunciados por el gobierno de Irán en su programa nuclear.
Por medio de advertencias constantes, el estado mayor militar israelí lanza señales claras de que está dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones simultáneas y sincronizadas) contra el eje Irán, Siria-Libano-Gaza, para implicar a Washington en el conflicto.
En el terreno táctico (y mientras se retrasa el desenlace militar con las estancadas negociaciones en el frente diplomático) Irán y el eje sionista USA-Israel se preparan para una meta esencial: Potenciar su defensa y cubrir todos los flancos débiles frente a operaciones de ataque y contraataque aéreo con misiles que podrían involucrar a Siria, Líbano y Gaza.
La hipótesis de la "triple guerra" -como señalan los expertos- ya se encuentra en el simulador de los halcones judeo-estadounideneses, mientras se agotan y complican las negociaciones en el frente diplomático con un nuevo rechazo de Teherán a la última propuesta nuclear de EEUU y las potencias.
Desestabilizar la política falsamente "dialoguista" de Obama con el mundo musulmán, quebrar su estrategia "negociadora" en Medio Oriente, apresurar el fracaso de las negociaciones diplomáticas sobre el programa nuclear iraní en la ONU, y apresurar un desenlace militar USA-Israel contra Irán, Siria, Libano y Gaza, son los objetivos centrales que guiaron la operación de exterminio militar de Israel contra la flota internacional solidaria con Gaza.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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