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viernes, 27 de agosto de 2010

ECONOMIA - CRISIS: Entrevista a Marc Vidal


Entrevista a Marc Vidal
Cargado por wifiteam. - Videos de noticias recién publicadas.

Entrevista a Marc Vidal donde analiza la actual situación financiera y económica.

Fuente:  Dailymotion

viernes, 7 de mayo de 2010

ESPAÑA - ECONOMIA: Ya llega el chapapote griego - Marc Vidal



Definitivamente está claro que consideran que somos tontos a las tres. Ahora resulta que todo este tinglado al que asistimos es producto de unos especuladores malos malísimos que están escondidos en vete tú a saber donde y que estaban esperando el momento justo para actuar y fastidiar a Leire Pajín y a su jefe. Hombre, me gustará ver la cara que se les va a poner cuando eso pase de verdad, que pasará, cuando un centenar de miles de millones de dólares como mínimo empiecen las apuestas a la baja y ésta se produzca sobre la deuda pública española, por poner una. Una economía débil es una presa perfecta para un hedge fund, pero lo que más asequible hace una economía es la inacción y la de nuestro ejecutivo y oposición, clase política en general, es de tal calibre que se nos van a merendar sin esfuerzo alguno.

Nadie, pero cuando digo nadie, es nadie, se cree que el Gobierno de España logre reducir el déficit de presupuesto al 3%. En teoría eso debe pasar en base a un pronóstico de crecimiento para el año próximo que es del doble del esperado por la Unión Europea (que ya es optimista de narices) y el Fondo Monetario International (que también se deben haber intoxicado con algo). La rentabilidad adicional que los inversores piden por tener deuda española en lugar de equivalentes alemanes subió a niveles de 1997.

Una de las cosas que me sorprenden cuando enumeran las diferencias entre España y Grecia es ese estribillo de que “España tiene fundamentos de crédito distintos a los de Grecia, pues sigue siendo un país con un nivel de deuda inferior al promedio de la eurozona, por lo que su carga de intereses continúa siendo menor a la de otros actores grandes de la eurozona”. No entiendo porque no dicen que la deuda privada española (que mientras nadie demuestre lo contrario es española) es la mayor de Europa y la segunda (porcentualmente) mayor del mundo. Que nuestra deuda externa total es para no dormir durante todo el verano.

Pero volvamos a los “grandes” gestores que nos han tocado en estos tiempos que vivimos. ¡Que suerte tenemos!. Sumemos al bueno de Trichet y su séquito de inservibles. Tras haber demostrado que son incapaces de atender la realidad económica cuando esta se complica, tras mostrarnos como, cuando la inflación aumentaba, ellos siguieron con la subida de tipos que a la larga actuaba fuera de manual incrementando el coste del petróleo y por derivación de la inflación de nuevo, tras evidenciar que su lentitud en la toma de decisiones es una de las claves de que estemos como estamos y tras aceptar públicamente que no tienen idea de cómo servir esta merienda, ahora, que se les esperaba, no aparecieron.

Europa se arrodilla ante su propia miseria. No hay nadie dispuesto a afrontar el marrón porque es de dimensiones bíblicas. Lo de Grecia acabará mal, muy mal, pues en Europa no estamos acostumbrados a tener que vivir como si lo hiciéramos en Bogotá. Las medidas que tiene que implementar el gobierno heleno dependen de que sean administradas por el funcionariado y digeridas por la ciudadanía, si no, no sirve. Pues eso, no servirá. Luego el contagio y con él el drama. Pero tranquilos, los culpables serán reconocidos y éstos serán los especuladores malos malísimos.

Lo de la Europa actual es para encerrarse en un manicomio y no salir hasta que pase todo. Al más puro estilo zapatero-rajoy, se ponen frente a los medios y, con toda su panza, te cuentan que “no hemos llegado a grandes acuerdos”. En el caso de Trichet su frase favorita es la de “no vamos a hacer nada, no sea que la fastidiemos más”.

A mí que a esta gente se les ha ido del todo el asunto de las manos y esperan que, por inercia, se vaya calmando el tema. Mientras tanto nosotros nos jugamos el patrimonio, la vida y la esperanza, nos metemos en procesos económicos intentando arrancar y caminar entre tanto barro y nos juntamos para buscar salidas y soluciones, las que no nos aportan los que cobran para eso.

Cuando pensamos que Zapatero no nos sacará de esta, cuando asumimos que Rajoy no tiene pajolera idea de lo que está pasando, cuando vemos que todo se va por el desagüe, esperas que eso de “ser europeo” sirva para algo. Por ello atiendes a las informaciones que llegan desde Lisboa donde se han reunido los “estrategas monetarios de la Unión”. Entonces se te caen al suelo. Las decisiones son contundentes: mantener el tipo de interés, mantener la política de acción, mantener los estímulos y mantener la calidad de los canapés que son deliciosos. Bien, muy bien, muy acertado. El euro ya vale lo que valía hace 14 meses, el chapapote fiscal griego ya mancha las costas italianas y va dirección a la costa brava y lo único que trasciende son las declaraciones de uno de los consejeros del BCE, el alemán Weber, que dijo que “el contagio no justifica usar todos los medios”.

Pues no es muy buen tema que el BCE haya decidido dar un paso atrás. Si el BCE no mantiene la puerta abierta a la compra de deuda pública, el mercado lo tomará como un indicio de que las autoridades no están dispuestas a hacer “lo que sea necesario” para salvar la unión monetaria me temo. Esperemos que antes que eso ocurra y el chapapote griego llegue a nuestras costas, alguien tenga un poco de cordura y asuma en términos políticos “los tiempos que les ha tocado vivir”. Si no lo hacen estamos perdidos y, entonces, esto será un “sálvese quien pueda” y, obviamente, números para salvarse sólo los venden con las letras X, W, U, R y L delante de la numeración.

lunes, 3 de mayo de 2010

EL CRASH DE LOS SINDICATOS - Por: Marc Vidal




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Les aseguro que mirando este video me entra sana envidia y unas terribles ganas de volverme a París. No quiero decir con ello que debamos irrumpir en “59 segundos” y, agarrando fuertemente uno de los micrófonos que suben y bajan continuamente, leer un discurso revolucionario. Me refiero a que un país donde la tasa de desempleo no es ni la mitad que la nuestra la gente se pone al frente de sus propias vidas. Hablo del nivel de anestesia que vivimos y del grado de infección del sistema. Ayer estuve con Leopoldo Abadía en una conferencia que dimos y él hablaba de "decencia" como sustitutivo de "ética". Tiene razón, esto es un tema de dignidad moral.

El nivel de humillación social que vivimos es de tal calibre que asusta. Los sindicatos no tienen suficiente con el bochornoso espectáculo que ofrecen todos los días en la gestión de la crisis, que se disponen a batir su propio récord. Al parecer no piensan entrar en el asunto que nos ocupa y mañana, en la fiesta del trabajo, piensan pasarse por el arco del triunfo la situación económica y laboral de este país. Para ello han decidido protestar encarecidamente contra la posibilidad de que nos quedemos sin pensiones. Gracias, gracias de corazón por preocuparse por mi futuro. Gracias por ser tan honestos y condescendientes, tan capaces, tan trabajadores, tan deliciosamente sinvergüenzas. Los pretendidos líderes sindicales no son más que parte del engranaje simplón e ineficiente que nos aprisiona cada día, que evita la réplica social y que ayuda al amparo de los que nos desgobiernan.

Los sindicatos en España son instituciones dirigidas por unos glotones que no entienden que los tiempos han cambiado. El cometido técnico de su existencia ya no es fácil de descifrar. No atienden las necesidades del cuerpo de emprendedores que deben aportar valor a este sistema, no asumen que cuando reivindican por un ocupado dejan de lado al ex ocupado. El emprendedor es tan, o más, trabajador como cualquier asalariado y además se lo juega todo. Pero mientras ellos mismos averiguan que quiere decir “nueva economía”, piensan que es mejor no encabronar a quien les paga. Como estamos bajo el peso de lo obligatorio, en la densa capa de las ideologías, lo que tenga que venir, vendrá. El grado de insulto a la inteligencia en este país es tan grande como la capacidad de adaptación de los ciudadanos. Los discursos vacíos de los que manejan el asunto son digeridos sin apenas molestias. La paz social en España depende de que estos organismos repletos de liberados con Visa de izquierdas mantengan un discurso átono y repetitivo. Ahora apelan a que una huelga general no es una buena idea ya que empeoraría la crisis en un momento que podría ser que estuviéramos dejando atrás lo peor. Hay que ser caradura. Algunos de los tipos que dirigen estas herramientas políticas llamadas sindicatos no se atreven ni a toserle a Zapatero.

El descalabro ético es general y afecta a todos los engranajes de este quebrado sistema. Hay que tenerlos cuadrados al poner como excusa para no reunirse en el manido pacto social entre sindicatos, patronal y gobierno, “problemas de agenda”. A ver si lo he entendido bien. El mayor problema que tiene este país en términos económicos y sociales no puede atenderse porque unos señores que viven de nuestros impuestos no encuentran un hueco en sus apretado calendario de actos y festejos. A veces me entran ganas de emigrar al centro de la Tierra y llevarme algo para leer.

Hoy se publican cifras de la EPA. Se acercan algo más a la realidad. Son más próximas a unas tasas que, cuando las publica el ministerio de trabajo, parecen dibujos animados. No obstante no tienen nada que ver con la verdad técnica como hemos explicado muchas veces. En este país están en paro un millón de personas más. Vivimos una burbuja laboral que recuerda mucho a la inmobiliaria, la de activos patrimoniales que supuso una explosión en un momento determinado. Asumido queda que mañana nadie va a defender los intereses de los trabajadores en precario, los parados o los millones de jóvenes que han perdido la oportunidad de prosperar en toda su vida. Toda una generación con sus sueños desparramados por el suelo de unos grandes almacenes donde, tras estudiar 3 carreras, 5 masters y 4 idiomas, se dedican a ordenar de mayor a menor las cajas de berberechos. Los más afortunados pueden ser más creativos y gracias a un curso de postgrado en ingeniería termonuclear pueden ordenarlos, en un ejercicio de creatividad suprema, también de menor a mayor. A esa generación cero no la defiende nadie.

Y es que, como digo, vivimos una burbuja laboral. Sus resortes son muy similares a la burbuja inmobiliaria. Hay unos propietarios de empleo con todos los beneficios de la legalidad vigente como indemnizaciones, pensiones o desempleo. También existen los demandantes de trabajo pero sin opciones de conseguirlo. Ya pasó con la vivienda, a medida que el mercado se encarece se va gestando una doble sociedad, la que tiene empleo estable (vivienda de propiedad) y los desempleados sin opciones (de alquiler y sin crédito).

A medida que se retrasan las soluciones el valor del empleo desciende y su coste aumenta. El riesgo de que estalle esa burbuja laboral es cada vez más alto y sus consecuencias cada vez más siniestras. En estos momentos las empresas que cierran no asumen los pagos por indemnización en el despido porque no pueden (por eso cierran). Entonces se recurre al estado y éste reduce los pagos y aumenta los impuestos para poder hacer frente a ese aumento de demanda. A medida que esto vaya en aumento, las prestaciones para parados y el tiempo para poder disfrutarlas se reducirán, no habrá otro remedio.

La burbuja laboral estallará cuando se evidencie, que se evidenciará, que muchos de esos “ocupados” no lo están en realidad, que esos miles de “en formación” no se están formando y que los 400.000 trabajadores que se beneficiaron del cavazanjas al cuadrado que supuso el Plan E están parados solemnemente. Más de un millón de personas componen, sin saberlo, el volumen total de la burbuja laboral. A los sindicatos eso les parece un asunto secundario, lo importante es “proteger las pensiones”. Las pensiones peligran más por el hecho de que cada vez trabaja menos gente que por otro motivo.

Estoy cansado de que me tomen por idiota. Este sábado volverán a lograrlo. Cuando los dirigentes sindicales lleguen a la manifestación del “Día del Trabajador” en su Audi con chófer lograrán que así me sienta, como un imbécil. En lugar de darle vueltas a lo manido, a la cantinela protogubernamental , deben ayudar a sufragar las bajas de la explosión de la burbuja laboral. Es inminente.
 
Fuente: Marc Vidal