EL ÁNGEL DE PIEDRA - Luis Tejeiro, 1990.

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...El arriba, y yo abajo... Él, de piedra, y yo, muerto......A él, le esculpió la mano de un artista curtido......Y yo, bajo la losa, permanezco dormido... 

Yo sé que en mi memoria, aún vive la tragedia.
Pues cuando más amaba, sobrevino la guerra.
La impulsaron aquellos, que creen poseerlo todo,
Ya que, no imaginaban, su final de otro modo.

No quiero decir nombres... ¡Para eso está la historia!,
En la dictadores, invaden tiempo, y glorias.
Son ellos, servidores de espíritus adversos.
Y su fuerza es la sangre, de lo puro, y honesto.

Me mató un viento raro, y un cielo de rencores.
La insolidaria gente, de mis alrededores.
Muchas selvas, quemadas entre horribles visiones.
Paisajes moribundos, fríos, y, aterradores.

Y hundido en mi miseria, o erguido ante la nada,
Está mi ángel de piedra, cuál espíritu, en calma.
Esperando un milagro, que haga batir sus alas,
O dé, luz a mi cuerpo, ¡Que pudriéndose clama!

El ángel, que no sabe comprender el aliento,
Precisa del invierno, el verano, o, el viento.
Y así recobra vida, junto, a los elementos,
Mientras el mundo vive, impasivo, en el tiempo.

Se ha llenado la tierra, de osados mercaderes,
Que trafican con vidas, de niños, o mujeres.
De hombres puros y limpios, animales, o enseres.
Con países, con mares, desiertos, y vergeles.

Y en el juego del tono, van batiendo sus alas,
El alma del chiquillo, con la piedra tallada.
Dos velas que se encienden, por aquello que acaba.
Dos expresiones dulces, regresando a la nada...

Entre bellos armónicos, y encantador momento.
Con la luz más intensa, bailando al firmamento.
Niño, y ángel unidos, bailan su mundo muerto.
Donde nadie lo escucha, o donde nada es cierto.

Luis Tejeiro, 1990.