Jóvenes de Francia, Alemania, Bélgica, Grecia e Italia imitan a sus pares de España y protestan en las calles por la crisis económica
ITALIA. Una "sentada" en el centro de Roma reunió a jóvenes italianos y españoles. Foto AFPVer más fotos
Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
Corresponsal en Francia
PARIS.- La epidemia de los "indignados" se extiende por Europa y amenaza con propagarse por el mundo como un reguero de pólvora. En apoyo de los jóvenes españoles, que decidieron anoche continuar con su protesta, miles de griegos, franceses, alemanes, belgas e italianos salieron ayer a las calles a reclamar una "democracia real, ya".
"La agitación juvenil alcanzará toda Europa este verano y será global en pocos meses más", vaticinó Gerald Celente, director de Trends Research Institute de Estados Unidos.
Inspirados en la ola de revolucionarias manifestaciones en Medio Oriente y el norte de Africa, decenas de miles de jóvenes españoles ocuparon a partir del 15 de mayo las plazas de unas 60 ciudades del país para protestar contra el desempleo y las severas medidas de austeridad impuestas por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese movimiento se transformó en una epidemia que contagió a los jóvenes de otros países, también afectados por un elevado desempleo y sin perspectivas claras de futuro.
Como ocurrió en la llamada Primavera Arabe, la nuevas tecnologías de comunicación -Internet, los mensajes SMS y las redes sociales-, favorecieron la propagación de los movimientos juveniles de protesta en Europa y ahora comienzan a extenderse al resto del mundo a la velocidad de la luz.
El mejor ejemplo de esa ola que empieza a transformarse en un tsunami es el caso de Grecia, otro país que, como España, está sumergido en una profunda crisis económica y social. Unos 8000 jóvenes invadieron la semana pasada la plaza Syntagma, frente al Parlamento griego, pero ayer eran más de 40.000 personas, según la policía, y se cree que ese número aumentará rápidamente.
La movilización griega comenzó el lunes pasado, después que el gobierno socialista del primer ministro Georges Papandreou anunciara el endurecimiento del plan de austeridad aplicado desde hace un año. Ese programa combina privatizaciones con nuevas medidas de ajuste.
También en Francia la cantidad de "indignados" aumenta hora tras hora. Los campamentos franceses comenzaron el 20 de mayo en la plaza de la Bastilla, en París, y ayer el Ministerio del Interior contabilizó decenas de puntos de protesta en todo el país. La plaza donde comenzó la revolución de 1789 -que desde entonces simboliza el espíritu rebelde de Francia- volvió a reunir ayer a centenares de jóvenes que también protestan por su situación. El sitio Réelle Démocratie Maintenant (Democracia Verdadera Ahora), anunciaba ayer movilizaciones en 31 ciudades francesas que se identifican "con las aspiraciones del pueblo español".
"Desde el comienzo de la crisis en 2008, nuestros gobernantes decidieron poner de rodillas a los pueblos, en vez de castigar a los bancos. Las democracias europeas han sido secuestradas por los mercados financieros. Estamos asfixiados por los planes de austeridad que se multiplican en Europa", reza la proclama lanzada el 22 de mayo por una asamblea general en la Bastilla.
"Están desmantelando todo: los servicios públicos, la educación, la salud, las jubilaciones. Pero la verdadera democracia está aquí, no en el Parlamento", gritan a coro.
Tras diez días de ocupación, la organización se instala en la Bastilla. En las últimas horas se crearon comisiones que se ocupan de la logística y preparan las decisiones para ser sometidas después a una asamblea general. Como en la plaza Tahrir en Egipto o en la Puerta del Sol en España, agua y comida están gratuitamente a disposición de los manifestantes. Los chicos se entretienen en talleres ad hoc, mientras que otros voluntarios informan a los periodistas.
Los jóvenes belgas también salieron ayer a protestar en el corazón de Bruselas, ciudad simbólica por ser la sede de la Unión Europea. También hubo protestas en Italia, Alemania, Chile y Colombia. En Portugal -otro país gravemente afectado por la crisis- se prevén importantes manifestaciones para esta semana.
A simple vista, las protestas europeas parecen similares a las que derrocaron los gobiernos de Túnez y Egipto. Hay, sin embargo, una gran diferencia: España, Grecia, Francia e Italia no son regímenes dictatoriales, sino democracias. Por otro lado, contrariamente a los países de Medio Oriente, Europa occidental tiene una larga tradición de desobediencia civil y de protestas sociales que consiguen llamar la atención de los ciudadanos y los líderes políticos.
Las banderas
Las sublevaciones árabes y europeas, no obstante, en algo se parecen: hasta ahora, ninguna de ellas ha sido recuperada por sindicatos ni por un partido político en particular.
En Grecia, por ejemplo, donde la vida pública sigue dominada por el bipartidismo socialista-conservador, la única protesta no partidista de este tipo se produjo en el verano de 2007, cuando unas 100.000 personas se reunieron por una noche tras los mortíferos incendios.
En Francia, los manifestantes levantan como bandera la consigna lanzada por el filósofo y ensayista francés Stéphane Hessel, en el título de su opúsculo, que ha vendido millones de ejemplares: "¡Indígnense!".
Pero el nuevo ídolo de los jóvenes les advirtió ayer contra toda tentación de desertar las urnas. "La abstención es la peor de las opciones", afirmó.
"Mi mayor preocupación es el desapego de las jóvenes generaciones a las verdaderas democracias (parlamentarias)", agregó el ex diplomático y ex resistente de 93 años.
Por su parte, el investigador Gerald Celente piensa que la juventud no dejará las calles porque "cuando se ha perdido todo, nada tiene importancia". Para él, los jóvenes saben que "si no pelean ahora contra la maquinaria, ésta terminará por demolerlos".
¿Premonición o banal coincidencia? Mientras centenares de jóvenes franceses se aprestaban a pasar la noche acampando frente a la escalinata de la opera de la Bastilla, un gigantesco cartel anunciaba el espectáculo del día: "El Crepúsculo de los Dioses", de Richard Wagner.
"La agitación juvenil alcanzará toda Europa este verano y será global en pocos meses más", vaticinó Gerald Celente, director de Trends Research Institute de Estados Unidos.
Inspirados en la ola de revolucionarias manifestaciones en Medio Oriente y el norte de Africa, decenas de miles de jóvenes españoles ocuparon a partir del 15 de mayo las plazas de unas 60 ciudades del país para protestar contra el desempleo y las severas medidas de austeridad impuestas por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese movimiento se transformó en una epidemia que contagió a los jóvenes de otros países, también afectados por un elevado desempleo y sin perspectivas claras de futuro.
Como ocurrió en la llamada Primavera Arabe, la nuevas tecnologías de comunicación -Internet, los mensajes SMS y las redes sociales-, favorecieron la propagación de los movimientos juveniles de protesta en Europa y ahora comienzan a extenderse al resto del mundo a la velocidad de la luz.
El mejor ejemplo de esa ola que empieza a transformarse en un tsunami es el caso de Grecia, otro país que, como España, está sumergido en una profunda crisis económica y social. Unos 8000 jóvenes invadieron la semana pasada la plaza Syntagma, frente al Parlamento griego, pero ayer eran más de 40.000 personas, según la policía, y se cree que ese número aumentará rápidamente.
La movilización griega comenzó el lunes pasado, después que el gobierno socialista del primer ministro Georges Papandreou anunciara el endurecimiento del plan de austeridad aplicado desde hace un año. Ese programa combina privatizaciones con nuevas medidas de ajuste.
También en Francia la cantidad de "indignados" aumenta hora tras hora. Los campamentos franceses comenzaron el 20 de mayo en la plaza de la Bastilla, en París, y ayer el Ministerio del Interior contabilizó decenas de puntos de protesta en todo el país. La plaza donde comenzó la revolución de 1789 -que desde entonces simboliza el espíritu rebelde de Francia- volvió a reunir ayer a centenares de jóvenes que también protestan por su situación. El sitio Réelle Démocratie Maintenant (Democracia Verdadera Ahora), anunciaba ayer movilizaciones en 31 ciudades francesas que se identifican "con las aspiraciones del pueblo español".
"Desde el comienzo de la crisis en 2008, nuestros gobernantes decidieron poner de rodillas a los pueblos, en vez de castigar a los bancos. Las democracias europeas han sido secuestradas por los mercados financieros. Estamos asfixiados por los planes de austeridad que se multiplican en Europa", reza la proclama lanzada el 22 de mayo por una asamblea general en la Bastilla.
Tras diez días de ocupación, la organización se instala en la Bastilla. En las últimas horas se crearon comisiones que se ocupan de la logística y preparan las decisiones para ser sometidas después a una asamblea general. Como en la plaza Tahrir en Egipto o en la Puerta del Sol en España, agua y comida están gratuitamente a disposición de los manifestantes. Los chicos se entretienen en talleres ad hoc, mientras que otros voluntarios informan a los periodistas.
Los jóvenes belgas también salieron ayer a protestar en el corazón de Bruselas, ciudad simbólica por ser la sede de la Unión Europea. También hubo protestas en Italia, Alemania, Chile y Colombia. En Portugal -otro país gravemente afectado por la crisis- se prevén importantes manifestaciones para esta semana.
A simple vista, las protestas europeas parecen similares a las que derrocaron los gobiernos de Túnez y Egipto. Hay, sin embargo, una gran diferencia: España, Grecia, Francia e Italia no son regímenes dictatoriales, sino democracias. Por otro lado, contrariamente a los países de Medio Oriente, Europa occidental tiene una larga tradición de desobediencia civil y de protestas sociales que consiguen llamar la atención de los ciudadanos y los líderes políticos.
Las banderas
Las sublevaciones árabes y europeas, no obstante, en algo se parecen: hasta ahora, ninguna de ellas ha sido recuperada por sindicatos ni por un partido político en particular.
En Grecia, por ejemplo, donde la vida pública sigue dominada por el bipartidismo socialista-conservador, la única protesta no partidista de este tipo se produjo en el verano de 2007, cuando unas 100.000 personas se reunieron por una noche tras los mortíferos incendios.
En Francia, los manifestantes levantan como bandera la consigna lanzada por el filósofo y ensayista francés Stéphane Hessel, en el título de su opúsculo, que ha vendido millones de ejemplares: "¡Indígnense!".
Pero el nuevo ídolo de los jóvenes les advirtió ayer contra toda tentación de desertar las urnas. "La abstención es la peor de las opciones", afirmó.
"Mi mayor preocupación es el desapego de las jóvenes generaciones a las verdaderas democracias (parlamentarias)", agregó el ex diplomático y ex resistente de 93 años.
Por su parte, el investigador Gerald Celente piensa que la juventud no dejará las calles porque "cuando se ha perdido todo, nada tiene importancia". Para él, los jóvenes saben que "si no pelean ahora contra la maquinaria, ésta terminará por demolerlos".
¿Premonición o banal coincidencia? Mientras centenares de jóvenes franceses se aprestaban a pasar la noche acampando frente a la escalinata de la opera de la Bastilla, un gigantesco cartel anunciaba el espectáculo del día: "El Crepúsculo de los Dioses", de Richard Wagner.
El acuerdo de la Puerta del Sol
- Reestructuración. El Movimiento 15-M aprobó mantener el campamento en la Puerta del Sol de Madrid de forma indefinida, pero lo reestructurará para solucionar los problemas de seguridad.
- Barcelona. Tras haber sido duramente reprimidos por la policía el viernes, los "indignados" de Barcelona decidieron quedarse hasta el martes en la plaza Catalunya.
- Asambleas de barrio. El 15-M continuará organizando asambleas populares en las principales ciudades, como las celebradas el sábado en 120 barrios de Madrid, que atrajeron a miles de personas.
- Planteamientos. El movimiento de "indignados" reivindica una democracia participativa, el derecho a una vivienda y a un trabajo dignos y la reforma de la ley electoral.