El desastre nuclear de Fukushima no ha podido ser controlado y los niveles de radiación han llegado a casi los niveles del accidente de Chernobyl en 1986. Los niveles de iodo- 131 están al 73% del nivel de lo que ocurrió Chernobyl; los niveles de cesio-137 están al 60 de los vistos en Chernobyl. Este material radioactivo a estos niveles puede ser cancerígeno.
Los expertos señalan que la diferencia entre estos desastres nucleares radica en que en que en el caso de Fukushima solamente elementos volatiles, como el iodo y el cesio, están siendo emitidos a la atmósfera, a diferencia de partículas combustibles y diferentes materiales radiactivos en Chernobyl.
El nivel de radiación en el agua cercana a la planta nuclear de Fukushima está a 10,000 veces el nivel legal permitido, según oficiales de la compañía que opera la planta.
Hace unos días oficiales de Estados Unidos descubrieron que leche examinada en el estado de Washington, en la costa oeste, contenía propiedades radioactivas, aunque a niveles que difícilmente causarían daños a humanos.
En Singapur, calabazas importadas de Japón reportaron 9 veces el límite del nivel radiaoactivo recomendado por las autoridades sanitarias.
La ONU ha recomendado extender el perímetro de exclusión, para aminorar los daños de la zona radioactiva. Existe cierta controversia en internet sobre si esta situación nuclear está siendo exagerada, sembrando el pánico, o si, al contrario, se está tratando de desestimar sus daños, ocultando la magnitud del desastre.
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