La balsa, de la que ya han escapado un millón de metros cúbicos de barro tóxico, corre peligro de romperse
Las autoridades húngaras están desalojando la aldea de Kolontár, afectada el lunes por un grave vertido tóxico , ante el riesgo de una nueva grieta que fracture la balsa de la que ya se escaparon un millón de metros cúbicos.
En la localidad de Devecser, una de las más afectadas por el vertido, no se ha procedido a desalojar a los vecinos, pero están desplegados 300 soldados y preparados 130 vehículos y cinco trenes ante una posible evacuación de emergencia si la balsa llega finalmente a romperse, ha informado la portavoz de Protección Civil de la zona, Gyorgyi Tottos, en declaraciones a Público.
Según Tottos, durante la pasada noche se han descubierto nuevas grietas en la balsa, que esta mañana alcanzaban ya los 7 cm de profundidad, por lo que "tienen miedo de que se derrumbe". La balsa acumula, según Tottos, medio millón de metros cúbicos de barro que podrían ser vertidos de producirse el derrumbe.
Evacuación de afectados
La policía empezó a evacuar a la población de Kolontár de madrugada. A pesar de que las autoridades señalaban ayer que todo estaba bajo control y que no estaba previsto ningún desalojo, hoy el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha calificado de "muy grave" la situación de peligro que corre la balsa. "La situación es muy grave. No quiero crear grandes esperanzas", explicó en rueda de prensa.
El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa finalmente sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados, informa Efe. El jefe del Gobierno habló de "situación dramática" e indicó que la evacuación de Kolontár se ha ordenado porque "podrían estar en peligro vidas humanas".
El primer ministro húngaro asegura que el peligro de rotura de la balsa es "muy grave"
Los 800 evacuados de Konlontár, la mayoría de ellos vecinos de las zonas altas de la aldea a la que todavía no había llegado el vertido venenoso, han sido alojados en la cercana ciudad de Ajka, en un pabellón deportivo y dos colegios, informó la portavoz Gyorgyi Tottos. Sin embargo, el personal de gestión de desastres de Hungría y Cruz Roja han informado que no esperan que se queden más que unas 60 personas, ya que la gran mayoría de los evacuados están siendo acogidos por familiares y amigos de poblaciones cercanas. Serán, por tanto, aquellos a quienes no les quede mejor alternativa los que tengan que quedarse.
Kolontár fue el punto donde la avalancha de "barro rojo" golpeó primero y con más fuerza, arrasando decenas de viviendas y arrastrando a personas y animales. Un total de siete personas han muerto y más de 150 resultaron heridas en el desastre. De los heridos, 60 siguen hospitalizados.
Los accesos a los dos pueblos más afectados, Kolontár y Devecser han sido hoy totalmente cerrados por la Policía.
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Fuente: Publico
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Según Tottos, durante la pasada noche se han descubierto nuevas grietas en la balsa, que esta mañana alcanzaban ya los 7 cm de profundidad, por lo que "tienen miedo de que se derrumbe". La balsa acumula, según Tottos, medio millón de metros cúbicos de barro que podrían ser vertidos de producirse el derrumbe.
Evacuación de afectados
La policía empezó a evacuar a la población de Kolontár de madrugada. A pesar de que las autoridades señalaban ayer que todo estaba bajo control y que no estaba previsto ningún desalojo, hoy el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha calificado de "muy grave" la situación de peligro que corre la balsa. "La situación es muy grave. No quiero crear grandes esperanzas", explicó en rueda de prensa.
El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa finalmente sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados, informa Efe. El jefe del Gobierno habló de "situación dramática" e indicó que la evacuación de Kolontár se ha ordenado porque "podrían estar en peligro vidas humanas".
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Kolontár fue el punto donde la avalancha de "barro rojo" golpeó primero y con más fuerza, arrasando decenas de viviendas y arrastrando a personas y animales. Un total de siete personas han muerto y más de 150 resultaron heridas en el desastre. De los heridos, 60 siguen hospitalizados.
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