Con poco más de nueve meses en el cargo, el presidente de la Unión Europea (UE), el democristiano belga Herman Van Rompuy, ya se ha visto envuelto en su primer escándalo por el uso de varios automóviles oficiales para un viaje privado con los miembros de su familia entre Bruselas y París con motivo de las vacaciones, el pasado mes de agosto.
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Información publicada en la página 13 de la sección de Mundo de la edición impresa del día 15 de octubre de 2010 VER ARCHIVO (.PDF)
Van Rompuy utilizó varios coches oficiales de la UE con chófer para desplazarse en caravana con varios miembros de su familia desde Bruselas hasta el aeropuerto Charles de Gaulle de París para tomar el avión y para realizar el mismo trayecto de vuelta al final de las vacaciones. Formaban parte de la comitiva, además de Van Rompuy, su esposa, sus hijos y sus nietos.
El portavoz de Van Rompuy aseguró ayer que el uso del coche oficial para esos trayectos fue impuesto como medida de precaución por el servicio oficial de seguridad del Consejo de la UE en razón de los peligros potenciales para su persona por su cargo. El mismo portavoz insistió en que esa iniciativa no partió del presidente europeo, que se limitó a obedecer las consignas de seguridad que le fueron impuestas.
El nuevo escándalo europeo se suma al causado por una serie de excomisarios que han puesto sus contactos, experiencia e influencia dentro de las instituciones de la UE al servicio de empresas privadas y de grupos de presión inmediatamente después de abandonar su cargo, a pesar de cobrar más de 96.000 euros anuales de fondos públicos durante tres años tras su cese.
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Van Rompuy utilizó varios coches oficiales de la UE con chófer para desplazarse en caravana con varios miembros de su familia desde Bruselas hasta el aeropuerto Charles de Gaulle de París para tomar el avión y para realizar el mismo trayecto de vuelta al final de las vacaciones. Formaban parte de la comitiva, además de Van Rompuy, su esposa, sus hijos y sus nietos.
El portavoz de Van Rompuy aseguró ayer que el uso del coche oficial para esos trayectos fue impuesto como medida de precaución por el servicio oficial de seguridad del Consejo de la UE en razón de los peligros potenciales para su persona por su cargo. El mismo portavoz insistió en que esa iniciativa no partió del presidente europeo, que se limitó a obedecer las consignas de seguridad que le fueron impuestas.
El nuevo escándalo europeo se suma al causado por una serie de excomisarios que han puesto sus contactos, experiencia e influencia dentro de las instituciones de la UE al servicio de empresas privadas y de grupos de presión inmediatamente después de abandonar su cargo, a pesar de cobrar más de 96.000 euros anuales de fondos públicos durante tres años tras su cese.
Fuente: El Periodico