Desde que Barack Obama entró al trapo sobre la mezquita en la Zona Cero de Nueva York el debate no ha hecho más que caldearse. La oposición republicana y algunos familiares de las víctimas del 11-S se han lanzado a la yugular del presidente y ahora se proponen seguir presionando para que el asunto sea tenido en cuenta por los votantes en las legislativas de noviembre.
Edición Impresa
Información publicada en la página 11 de la sección de Mundo de la edición impresa del día 17 de agosto de 2010 VER ARCHIVO (.PDF)
Obama salió el viernes en defensa del centro islámico argumentando que el derecho a la libertad religiosa que recoge la Constitución es inquebrantable, pero solo unas horas más tarde y ante la avalancha de críticas tuvo que matizar sus declaraciones asegurando que en ningún momento se pronunció sobre la prudencia de levantar la mezquita en esa zona.
Con el rechazo mayoritario de la población, el presidente se ha metido en un terreno peligroso que es aprovechado por los líderes conservadores para criticarle. Los más reaccionarios le acusan de ignorar a las víctimas y otros simplemente consideran que está desconectado de la realidad y se equivocó al tomar partido en un asunto local.
Por si la polémica no era suficiente, Hamás ha apoyado también la mezquita a través de uno de sus fundadores, Mahmud Al Zahar, quien defendió el derecho de los musulmanes a construir sus templos de oración al igual que los judíos levantan sus sinagogas y los cristianos sus iglesias. La contestación desde sectores demócratas y republicanos no tardó en llegar: «Hamás es una organización terrorista».
Fuente: El Periodico