ESPAÑA - SIGTES: El Club Bilderberg irrita a los vecinos - No pueden llegar a sus casas sin ser identificados. Ni tampoco pueden tener los vecinos invitados, sin antes ser identificados por las fuerzas de seguridad den el visto bueno.

¿QUE HACEN LAS FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO Y LA GENERALITAT CUSTODIANDO LA SEGURIDAD DE UNA ELITE CONSPIRATIVA PRIVADA, CON LA ASISTENCIA DE POLITICOS EN ACTIVO CON EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO A LA CABEZA Y LA REINA DE ESPAÑA?

Cuando esta mañana, a primerísima hora, los ilustres participantes de la reunión del selecto y privado Grupo Bilderberg vayan llegando al hotel Dolce de Sitges y se encierren allí durante cuatro días para tratar temas de actualidad, los vecinos de la lujosa urbanización Can Girona verán trastornada su vida. Y no solo ellos: el club de golf Terramar cerrará el sábado sus puertas para que solo los poderosos del mundo puedan jugar y la organización de Bilderberg está intentando que la discoteca al aire libre L'Atlàntida, que el pasado fin de semana inauguró la temporada de verano, no abra este sábado para que la música nocturna no moleste a los ilustres huéspedes.





Desde hace una semana los vecinos saben de manera oficial que dicha reunión, a la que asistirán reinas (entre ellas Sofía), ministros, políticos, empresarios y banqueros, casi 130 en total, tendrá lugar delante de su casa, pero hace solo dos días que varios hombres que se presentaban como «de los cuerpos de seguridad del Estado» les explicaron en detalle qué consecuencias tendrá hasta el domingo. Primer aviso: que no se asusten cuando vean a muchos hombres por las colinas y los bosques, ya que la Guardia Civil, además de vigilar desde el mar, será la encargada de evitar la llegada de intrusos a través de los montes.

CIENTOS DE AGENTES Les han comentado a los habitantes que se movilizarán cientos de agentes. Los Mossos d'Esquadra ya comenzaron ayer a vigilar la única carretera de acceso y desplegaron una decena de furgonetas de antidisturbios. Y la seguridad de la Casa del Rey española velará por el hotel y su entorno. 

«Es increíble que las fuerzas de seguridad públicas deban proteger a una reunión privada»

Era ayer la frase más escuchada en Can Girona.

Los vecinos han recibido otro consejo: que no se vea asomar ninguna cámara dirigida al hotel, ya que será confiscada. Pero ahí no terminan las prohibiciones. Los propios habitantes solo pueden acceder a la urbanización con un pase que ya se les ha facilitado. Además, estos días no pueden invitar a cualquiera a su casa: antes deben comunicar el DNI y la matrícula del coche de todos sus invitados, incluso de la propia familia, y si estos no pasan el escrutinio previo, no podrán acceder al área de Can Girona.


Lo que ha acabado de enojar a los vecinos es que solo podrán usar uno de los dos viales de la urbanización; el otro estará reservado para los Bilderberg. Además, los vecinos son los únicos que no reciben compensación económica alguna por las molestias. En cambio, la organización paga para alquilar por un día el campo de golf, reservar por cuatro días todo el hotel ¿incluso las habitaciones que no serán ocupadas¿ y para intentar cerrar L'Atlàntida.

Fuente: El Periodico