DANIEL ESTULÍN resta importancia a la capacidad resolutiva del Club de Bilderberg en el acontecer internacional y en el de una u otra de las naciones. También su condición de aparato secreto, ya que se conoce el nombre de los que participan en sus reuniones anuales, sea como miembros del club o como invitados, aunque la puerta está cerrada para los periodistas. Aduce asimismo que si bien los debates son secretos, la discreción es difícil de guardar en el mundo de las comunicaciones. Se debaten criterios sobre temas concretos, sean de amplio espectro político o referidos a fenómenos específicos que luego trascienden y se expanden cual las ondas forzadas por la piedra arrojada sobre las aguas de un estanque.
Lo mismo puede decirse del Foro de Davos, también organización ligada al NOM, que reúne cada año a los más ricos e influyentes del mundo. Reputados gurús de la economía disertan sobre los problemas que acucian en este ámbito. Incluso asisten como invitados conocidos periodistas, generalmente “progresistas”, que trasladan el mensaje a sus órganos de opinión. Todo transparente, al menos en apariencia. Resulta obvio, no obstante, que si allí están los dos mil financieros y empresarios más influyentes del mundo los criterios que prevalezcan al final de la reunión comenzarán a ser operativos de inmediato.
Harto menos transparente que el Bilderberg y el Foro de Davos es la Comisión Trilateral. Dicen de ella los conocedores del paño que superó hace tiempo al Bilderberg en influencia. También se reúnen sus componentes una vez al año a escala mundial. Y asimismo sus apéndices nacionales. La cortina del secreto es más espesa que la de otras organizaciones del NOM, aunque algo trascienda espasmódicamente pasado el tiempo. Los más suspicaces creen que no se filtra lo más sustancial, sino lo que conviene.
Lo mismo puede decirse del Foro de Davos, también organización ligada al NOM, que reúne cada año a los más ricos e influyentes del mundo. Reputados gurús de la economía disertan sobre los problemas que acucian en este ámbito. Incluso asisten como invitados conocidos periodistas, generalmente “progresistas”, que trasladan el mensaje a sus órganos de opinión. Todo transparente, al menos en apariencia. Resulta obvio, no obstante, que si allí están los dos mil financieros y empresarios más influyentes del mundo los criterios que prevalezcan al final de la reunión comenzarán a ser operativos de inmediato.
Harto menos transparente que el Bilderberg y el Foro de Davos es la Comisión Trilateral. Dicen de ella los conocedores del paño que superó hace tiempo al Bilderberg en influencia. También se reúnen sus componentes una vez al año a escala mundial. Y asimismo sus apéndices nacionales. La cortina del secreto es más espesa que la de otras organizaciones del NOM, aunque algo trascienda espasmódicamente pasado el tiempo. Los más suspicaces creen que no se filtra lo más sustancial, sino lo que conviene.
Fuente: Vistazo a la prensa
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