Los tiempos parecen agotarse en Medio Oriente. Extraños y peligrosos realineamientos, ratificación de frentes y nuevos posicionamientos bélicos empiezan a producirse por un lado, entre el eje EEUU-Israel-UE, y el eje Irán-Siria-Líbano-Gaza, por el otro.
En este escenario sobresale un detalle: El lobby sionista judeo norteamericano que controla el Pentágono inició una operación en gran escala (y en todos los frentes) para cerrarle todos los caminos al régimen que controla Teherán.
Las señales son claras:
Los halcones de Washington y Tel Aviv, obnubilados por la neutralización de la ojiva iraní, parecen encaminarse hacia el desenlace previsto. Pero, todavía, el teatro de operaciones no es Irán, sino Gaza, donde, una vez más, se agotaron las negociaciones y crece la escalada represiva y colonizadora de los halcones con el gobierno de Netanyahu a la cabeza. Mientras se agudizan las contradicciones con el "sionismo negociador" de Obama y la Casa Blanca, el miércoles empezaron a brotar señales de una posible operación aérea represiva contra Gaza en respuesta a lo que los jerarcas de Tel Aviv denominan "incremento de los ataques terroristas" sobre sus ciudades fronterizas.
Este jueves, esas señales se tornaron más claras. El estado mayor israelí advirtió de un ataque inminente. Según parece, los halcones judíos quieren dar un "mensaje" hacia dos direcciones: La Casa Blanca y la conducción político-militar de Hamás. Y la clave parece ser: Si no detienen a Irán y a los cohetes palestinos en la frontera, vamos a la guerra total.