"La carretera" es película que se defiende sola sin necesidad de abalorios colgados al cuello, y es así por varios motivos; en primer lugar porque poner en imágenes novela tan introspectiva y divagante, relato tan psicológico y literario sin sacrificar ni un ápice de la rotundidad existencialista del texto de Cormac McCarthy tiene tela; en segundo lugar por saber separar el grano de la paja y no despeñarse en el precipicio de los tics de género, ni enfangarse en el perogrullo del cine apocalíptico contemporáneo; "La carretera" es cine y literatura con chasis de ciencia-ficción que cruje bajo el mismo en un escalofriante juego de matices en el hedor de un drama familiar irrespirable, el de un hombre obstinado por mantener encendida la llama de su particular microcosmos social en un océano de desesperanza y en el vendaval de un mundo en el que amor y humanidad han fallecido.
El medio novato John Hillcoat toma magistralmente el pulso a la soberbia novela de McCarthy, respetando su espíritu, dotándola de una entidad visual inimaginable y de una densidad escénica, por demás, absolutamente proverbial. De los Coen cabía esperar una adaptación tan quirúrgica como "No es país para viejos", de Hillcoat esperábamos menos pero obtenemos más, no porque su película sea mejor que aquélla, sino porque, ciertamente, su conversión en una ficción audiovisual se antojaba infinitamente más ardua y espinosa.
El medio novato John Hillcoat toma magistralmente el pulso a la soberbia novela de McCarthy, respetando su espíritu, dotándola de una entidad visual inimaginable y de una densidad escénica, por demás, absolutamente proverbial. De los Coen cabía esperar una adaptación tan quirúrgica como "No es país para viejos", de Hillcoat esperábamos menos pero obtenemos más, no porque su película sea mejor que aquélla, sino porque, ciertamente, su conversión en una ficción audiovisual se antojaba infinitamente más ardua y espinosa.
A lomos de un inspiradísimo Viggo Mortensen, cuajando sin prisa el relato a caballo entre el presente y el pasado, Hillcoat dibuja un desolador panorama de destrucción irreversible en el ajo de una catástrofe planetaria indeterminada absorbiendo toda la inhabitable negrura, toda la escalofriante degradación física y moral de la humanidad inhumana de la novela esculpiendo así una conmovedora epopeya romántica padre-hijo en los límites mismos de la cordura y en el umbral quedivide el mundo de los hombres del de las bestias.
Lo dicho: al cuerno con los Oscar, "La carretera" no los necesita para fingir ser lo que no es. Le sobran motivos y argumentos para ser una de las películas clave de 2010 y, no menos importante, una de las adaptaciones novelescas más brillantes que quepa imaginar, y quien tenga noción de lo buenísima que es la novela se hará perfectamente una idea de lo que esto implica.
Fuente: 20 Minutos
Lo dicho: al cuerno con los Oscar, "La carretera" no los necesita para fingir ser lo que no es. Le sobran motivos y argumentos para ser una de las películas clave de 2010 y, no menos importante, una de las adaptaciones novelescas más brillantes que quepa imaginar, y quien tenga noción de lo buenísima que es la novela se hará perfectamente una idea de lo que esto implica.
Fuente: 20 Minutos