Médicos, enfermeras, maestros, empleados del fisco y estibadores interrumpieron su actividad, paralizando los servicios públicos, mientras se prevé que miles de personas se manifiesten ante el Parlamento a mediodía mientras responsables europeos y del FMI se reúnen por segundo día consecutivo en unas conversaciones que podrían llevar a un rescate financiero para Grecia.
Los trabajadores protestan por los recortes de los salarios públicos, la congelación de las pensiones y el incremento de impuestos aplicados por el Gobierno para tratar de salir de una crisis fiscal que ha sacudido los mercados de todo el mundo y elevado los costes de la deuda griega a un máximo de 12 años.
"Estas medidas sanguinarias no ayudarán a Grecia a salir de esta crisis. Comienza un periodo trágico", declaró Ilias Iliopoulos, secretario general del sindicato del sector público ADEDY, que representa a medio millón de trabajadores.
Muchos en Grecia temen que los compromisos vinculados al paquete de ayuda de entre 40.000 y 50.000 millones de euros, si la nación necesitada de efectivo decide recurrir a él, afectará al nivel de vida en un país en el que una de cada cinco personas viven por debajo del umbral de la pobreza, según datos de la UE.
"No toleraremos más medidas porque no podemos llegar a fin de mes. Tengo una hipoteca, dos hijos. Tengo que recortar todos los lujos", dijo la funcionaria Pavlina Parteniu, de 38 años. "¿Por qué no cogen a aquellos que robaron el dinero? ¿Va a salvar al país mi salario o la pensión de 300 euros de mi madre?"
Parteniu dijo que estaba de acuerdo con la huelga pero que no se sumaría porque no podía permitirse perder un día de sueldo.
El Gobierno socialista, presionado por los mercados y la UE para que sanee sus finanzas, ha prometido continuar con las reformas pero el ministro de Finanzas, Georgios Papaconstantinu, dijo el miércoles que no aplicarían más medidas de austeridad este año.
Los editoriales de los diarios mostraron poca compasión por la huelga, diciendo que el Gobierno no tenía más opciones que aplicar las medidas de austeridad y desencadenar el paquete de ayuda después de que el rendimiento de los bonos griegos a 10 años se dispararan un 8,4 por ciento el miércoles.
Los trabajadores protestan por los recortes de los salarios públicos, la congelación de las pensiones y el incremento de impuestos aplicados por el Gobierno para tratar de salir de una crisis fiscal que ha sacudido los mercados de todo el mundo y elevado los costes de la deuda griega a un máximo de 12 años.
"Estas medidas sanguinarias no ayudarán a Grecia a salir de esta crisis. Comienza un periodo trágico", declaró Ilias Iliopoulos, secretario general del sindicato del sector público ADEDY, que representa a medio millón de trabajadores.
Muchos en Grecia temen que los compromisos vinculados al paquete de ayuda de entre 40.000 y 50.000 millones de euros, si la nación necesitada de efectivo decide recurrir a él, afectará al nivel de vida en un país en el que una de cada cinco personas viven por debajo del umbral de la pobreza, según datos de la UE.
"No toleraremos más medidas porque no podemos llegar a fin de mes. Tengo una hipoteca, dos hijos. Tengo que recortar todos los lujos", dijo la funcionaria Pavlina Parteniu, de 38 años. "¿Por qué no cogen a aquellos que robaron el dinero? ¿Va a salvar al país mi salario o la pensión de 300 euros de mi madre?"
Parteniu dijo que estaba de acuerdo con la huelga pero que no se sumaría porque no podía permitirse perder un día de sueldo.
El Gobierno socialista, presionado por los mercados y la UE para que sanee sus finanzas, ha prometido continuar con las reformas pero el ministro de Finanzas, Georgios Papaconstantinu, dijo el miércoles que no aplicarían más medidas de austeridad este año.
Los editoriales de los diarios mostraron poca compasión por la huelga, diciendo que el Gobierno no tenía más opciones que aplicar las medidas de austeridad y desencadenar el paquete de ayuda después de que el rendimiento de los bonos griegos a 10 años se dispararan un 8,4 por ciento el miércoles.
Fuente: Yahoo Noticias